Retomando una historia...

jueves, 12 de febrero de 2009

Hace poco que estoy decidida a retomar la tarea de ilustrar "El unicornio que se enamoró de una vaca". Por fin Carlos ha terminado el cuento y ahora sólo queda por plasmar en imágenes algunos de sus pasajes. Aún estoy haciendo bocetos para saber con qué "Bico" y con qué "Lily" me voy a quedar... El casting está siendo bastante reñido para encontrar a los protagonistas de la historia... Os presento a dos de los candidatos...



El unicornio de nuestra historia se llamaba Argenthipopurum Inamoroproclive, ¡toma ya! Este era su verdadero nombre, pero como es un nombre muy complicado para repetirlo cada vez que nos haga falta, le llamaremos Bico, que es como le conocían sus amigos y sus padres (...).


Bico era blanco, con una larga crin, que es como se llama la melena de los caballos. Una cola larga que hacía ondas al cabalgar. Unos ojos castaños del mismo color de una castaña. Unas patas largas y fuertes que corrían más que el viento. Era un unicornio casi perfecto. Pero sobre todas las cosas bellas que tenía Bico, lo que más destacaba, lo que tenía más bonito era su cuerno. Un cuerno largo, muy largo y como de nácar. El nácar es de lo que están hechas las conchas de algunos animales y las perlas. Como el collar de la abuela o las conchas de cristal de la playa. Así era el cuerno de Bico (…).



Cuando Bico vio a las vacas se quedó estupefacto, tan atontado como cuando veis los dibujos de la tele y no hacéis caso de lo que os decimos. Claro está que las vacas que él vio no eran unas vacas normales y corrientes, de esas blancas con manchas negras, no, las vacas que vio Bico tenían largas melenas pelirrojas cubriendo todo su cuerpo y unos también largos cuernos de color marrón claro. Eran preciosas.



1 comentarios:

Anónimo dijo...

El unicornio me gusta mucho, ya lo sabes. En cuanto a la vaca, me gustan más las otras que ya tenías dibujadas hace tiempo; a esta la veo una vaca demasiado "seria" y con poca melena para ser una vaca escocesa (el pelo tendría que ser más rojo y más tupido, creo yo). Pero seguro que, con tu talento, encuentras la vaca perfecta para este cuento.